Al terminar la universidad, te inundan con consejos del tipo “¡Sigue tus sueños!” y “Cree en ti mismo!!!!”. Seamos realistas, chicos: estos consejos no significan nada una vez que sales al mundo real. Así que vamos a profundizar en algunos consejos que sean realmente útiles.
Cosas que no te dicen al terminar la universidad
Está bien no saber qué es lo que sigue
Cuando nos graduamos de la universidad no teníamos ni idea de lo que queríamos hacer después. ¿El resultado? Una ansiedad constante. Ojalá alguien nos hubiera dicho que está bien no saber las respuestas. Ojalá alguien nos hubiera dicho que no nos íbamos a morir si no lo teníamos todo resuelto, que a menudo se necesita tiempo y experiencia para vivir las respuestas, y que a pesar de sentir que el mundo se va a acabar, no lo hará. Con confusión o sin ella, seguirás respirando y estarás bien. Es más, ojalá alguien me hubiera dicho que no saber no te condena al fracaso.
De hecho, algunas de las personas más felices y exitosas empezaron sin saber dónde acabarían. Si crees que tienes que tener toda tu carrera planeada, piénsalo otra vez. Esta expectativa no sólo es poco realista para la mayoría de nosotros, sino que además suele ser ineficaz. Considera tu confusión actual como un requisito previo a una claridad que sólo puede llegar con la confianza y el tiempo. Está bien no saber. Acéptalo.
Tienes el resto de tu vida para ser serio
Si quieres lanzarte directamente a una carrera seria, entonces por supuesto que ve a por ello. Pero si los viajes, la aventura o la búsqueda del alma te susurran al oído, no te sientas presionado para saltar a la “vida real” de inmediato. Todavía eres joven. Todavía eres libre. Tienes el resto de tu vida para trabajar. Tienes el resto de tu vida para ser serio.
Si quieres arriesgarte, hazlo ahora. Pierde todo antes de que sientas que tienes todo que perder. Hazlo antes de que sea demasiado tarde, antes de que seas viejo y arrugado y mires atrás en tu vida con arrepentimiento. Al año siguiente de graduarme en la universidad, me fui a Australia durante tres meses y me permití vagar, explorar y experimentar la vida. Cuando volví a casa, conseguí un trabajo de oficina en una empresa de contabilidad, y pude hacerlo sin arrepentirme de los riesgos que no había asumido. Tu título no va a ninguna parte. El trabajo no va a ninguna parte. Tienes años y años y años por delante. No te sientas presionado para apresurarte a conseguir un “trabajo de verdad”, sino que intenta considerar que vivir puede ser tu verdadero trabajo. Y vivir no tiene por qué ser tan serio. Lo que nos lleva a al tercer punto.
No hay “deberías”
La horrible aflicción al “deberías” hace estragos en la sociedad actual. “Debería tenerlo todo resuelto”, nos dicen familiares, amigos, compañeros y profesores de la universidad y de tus diferentes círculos sociales. “Debería conseguir un buen trabajo y hacer lo que se espera de mí”. “Debería debería, bla, bla, bla”.
Permítenos contarte un pequeño secreto de la vida: no morirás si dejas de lado los “debería”. No hay “deberías”, chicos. Escucha a tú corazón y no dejes nunca que las expectativas de otras personas te dicten cómo debes o no vivir vuestra vida. Si quieres viajar por el mundo, hazlo. Si quieres enseñar inglés en Tailandia, hazlo. Si quieres ir de camarero a una isla tropical durante un tiempo, ¿quiénes somos nosotros para impedírtelo?
Si quieres ir directamente a la vida real y conseguir un “trabajo de verdad”, también está bien, pero asegúrate de que lo haces porque es lo que quieres, no porque creas que los demás esperan de ti. Al final, tú eres el único que tiene que vivir tu vida. Los demás pueden tener sus ideas o expectativas, y eso está bien: pueden vivir su vida como quieran, pero sólo tú puedes saber qué es lo mejor para ti.
Como podrás haber leído en el artículo de hoy, al terminar la universidad te encontrarás en una encrucijada sobre qué hacer después. Sin importar si te graduaste de universidades en chalco o de la Ciudad de México o de cualquier universidad del mundo, las opciones que tienes por delante son infinitas. ¡No te limites y haz lo que más te apasiona!
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